Usurpadores y Enclaustrados…
El conflicto entre Chile
y Bolivia, es histórica y una amenaza permanente para la soberanía del país,
por ello, debemos abrir en nuestra sociedad, espacios de debate, de investigación
y divulgación sobre esta intrincada problemática. Irremediablemente éste es un
campo geopolítico donde las fuerzas de toda índole están en constante tensión. Por
lo tanto, redimensionamos esta contienda desde varios ángulos de cotejo. Además,
se analiza las “mentalidades” de usurpadores y enclaustrados que están detrás de
este trance y que se traducen en políticas, estrategias y acciones sobre el mar
como negación y aspiración a la vez. Con
todo, es hora de hacernos una profunda autocrítica
sobre este asunto como responsables de este tiempo.
¿Conflicto
de baja intensidad o guerra psicológica?
Un conflicto
de baja intensidad, con
características de una “guerra psicológica” se despliega continuamente entre Chile
y Bolivia, antes y después de la Guerra del Pacífico (1879). Con una diferencia
principal: el agresor desarrolla una violencia sistemática, y la victima a palo
seco reacciona. Los medios de información hacen circular anuncios, proclamas y
arengas que salen de ambos países, exacerbando los sentimientos patrioteros. Apuntemos:
-Un Ex Presidente declaró: ¡Ni una molécula de gas para Chile! La respuesta de
su par no se dejo esperar: ¡Ni una molécula de mar para Bolivia! Un político
del vecino país expresó: -Chile es el país enclaustrado porque no tiene acceso
a los recursos hídricos e hidrocarburíferos de Bolivia. Otro, cuando los bolivianos
declararon cortar o desviar las aguas del Silala en el Departamento de Potosí,
la respuesta de un alto jefe militar chileno, con tono de intimidación fue: “Sería
su imprudencia”.
La negativa: “Chile
no tiene temas pendientes con Bolivia”–reiterada como estribillo por varios
presidentes–,
sobre el acceso libre y soberano al mar por parte de Bolivia, es una táctica
que obedece a una estrategia de Estado a nivel geopolítico y militar. Por tanto,
negar y amenazar es el discurso inflexible hacia nuestro país.
La mentalidad
de los usurpadores
El ex dictador
Pinochet en su libro de Geopolítica (1974), se
refiere al mar: “La aspiración natural de todo Estado es de disponer de
un mar libre”. Y con relación a nuestro país escribió: “Bolivia, país
mediterráneo desde su nacimiento a la vida independiente”. Asimismo, falseó la
historia: “En 1879, la Guerra del Pacífico hizo posible a Chile recuperar la
zona que le pertenecía”. Y concluyó en este acápite: “La aspiración de poseer
una salida al mar es común a todos los Estados que se encuentran privados de
ese contacto… Es una fuerza geopolítica que se opera siempre que se le presente
la ocasión y que ningún tratado logra extinguir.” Este manual debe ser una
lectura obligatoria para entender la mentalidad de los usurpadores.
La Geopolítica y la
geoestratégica son instrumentos de ofensiva que Chile desarrolla con propósitos
de mayor expansión territorial. Bolivia no debe desconocer este hecho, es más,
la supervivencia depende de cómo se cuidan las actuales fronteras en el
horizonte de recuperar la cualidad marítima.
¿Manipulación
o conciencia histórica?
Un ciudadano
chileno, se sorprendió en la ciudad de La Paz cuando visitó el Museo del
Litoral Boliviano y descubrió que Bolivia tenía mar. En Chile, le enseñaron todo
lo contrario.
Debemos educarnos y
concientizarnos sobre la verdadera historia del mar boliviano y concientizar a
los propios chilenos que están aleccionados en la doctrina pinochetista y
desconocen la verdadera historia de la Guerra del Pacífico. El desafió está
lanzado, si queremos recuperar el mar, debemos prepararnos a todo nivel, empezando
con la enseñanza crítica de la historia y no atiborrarnos con fechas (fechología)
y consignas acaloradas. En nuestra educación,
incluyendo cuarteles, se enseña contenidos propios de una “historieta”
chauvinista. No es una historia crítica que explique las verdaderas causas económicas
y políticas del despojo del Departamento del Litoral Boliviano por parte de Chile.
La educación cívica en la “educación superior” está ausente, salvo en algunas
instituciones, donde se enseña mal y se aprende peor, incluye instituciones policiales
y castrenses.
El Museo del
Litoral Boliviano inaugurado el 17 de julio 1978, es un ejemplo de lo que se
puede hacer en materia de educación cívica. Si uno visita el museo podrá
informarse y sentir la convicción de la “cualidad marítima de Bolivia”. Por ejemplo como expresión nítida: “Bolivia forma una gran Estado en el
interior del continente americano cuya única parte que toca al mar es la
provincia de Atacama”. En otra parte indica: “La principal riqueza minera de Atacama consiste en sus minerales de
cobre que son extremadamente abundantes” (J. B. Pentland Informe sobre
Bolivia de 1826). Además se muestran y demuestran los Mapas, en los que Bolivia
tiene su acceso al mar (Colton 1869) ¿Qué certeza más? Este museo debería
replicarse en todos los municipios del país.
Si por otro lado se
distorsiona la historia, es nuestro deber escribir la historia con criterios de
autenticidad. En otras palabras, educar la conciencia histórica y verdadera del
mar boliviano. Sin embargo, las narraciones de los historiadores no siempre
están sujetas a la verdad, los propios chilenos denuncian que sus historiadores
manipulan la verdad: se puede constatar esto en los textos escolares dedicados
a la enseñanza de la historia en Chile. Varios episodios se han tergiversados
con el propósito de ocultar a los escolares la realidad. Frente a la
tergiversación, el camino señalado es desarrollar toda una pedagogía del pensar
histórico sobre el mar.
Guerra:
prosperidad y pobreza
La explicación
histórica crítica y multicausal, debe ir va más allá de un vistazo escolarizado.
El peruano Alfonso Benavides (1974),
escribe que Diego Portales procónsul del imperio británico, le había dictado a
Chile el cumplimiento de la consigna en contra la Confederación Perú-boliviana:
“No puede ser tolerada ni por el pueblo ni por el gobierno, porque equivaldría
a su suicidio… La Confederación debe desaparecer para siempre del escenario de
América… Debemos dominar para siempre en el Pacífico”. La Confederación
(1836-1839), fue fundada por el General boliviano Andrés de Santa Cruz. En esa misma
trinchera el escritor boliviano Roberto Querejazu tituló su libro: “Chile
es enemigo de Bolivia antes, durante y después de la Guerra del Pacífico”. En
otras palabras, Chile nunca vio con beneplácito la unión de dos países hermanos
por la influencia colonialista externa y por sus planes belicistas.
Las verdaderas
causas de la Guerra del Pacífico, entre otras, fueron la ambición del
colonialismo externo e interno que se caracterizó
por su “insaciable sed de poder y riqueza”: arrebatar los recursos naturales
que poseía Bolivia en la Provincia de Atacama: Guano, salitre, cobre, plata y
oro. Chile como país pobre fue estimulado por el colonialismo inglés para
apoderarse de los recursos mencionados. En otras palabras, fueron las
oligarquías anglo-chilenas que arrancaron a Bolivia su Litoral. Chile se
mentalizó con la idea de que su única esperanza de estabilidad residiría
codiciar y explotar lo que está fuera de sus fronteras. Esta lógica aún persiste:
“sólo es posible ser rico acosta del vecino”, para ese fin se arma, mientras
que nuestro país sólo reclama y discute pacíficamente.
Veamos algunos datos
actuales: La Corporación del Cobre CODELCO tiene empresas de la gran minería como
son las compañías: Chuquicamata, El salvador, Exótica, Andina,
El Teniente y otras medianas y pequeñas. La mina
de cobre a cielo abierto considerada como la más grande del mundo es la de Chuquicamata
situada en Calama región de Antofagasta, en otrora, territorio boliviano. La Corporación
generó excedentes de 3.913 millones de dólares en el 2011. Y según la Ley Reservada
del Cobre (No 13.196) y modificada por Augusto Pinochet, el 10% (otras fuentes
señalan el 15%), se destina a la compra de equipo militar en una franca carrera
armamentista de Chile.
El contenido del
empastado: “El Cobre Chileno” de la Corporación del Cobre (1975), es muy explícito
con relación a los recursos naturales de la región. Revisemos: El destino
económico de Chile está indisolublemente ligado al desarrollo amplio de la
minería. Como resultado del la Guerra del Pacífico, Chile se apoderó de grandes
yacimientos salitreros, este recurso como fertilizante y materia prima para
explosivos, además de su buen precio y amplio mercado, convirtió a Chile de la
noche a la mañana, en un país próspero. La gran minería desde 1930 en adelante
ha representado el 80% de la producción nacional y su impacto en los ingresos
de divisas y en el presupuesto fiscal, es capital. Chile es un país que ocupa
un poco más del medio por ciento del territorio mundial y habitado por menos de
0.3% de su población, posee cerca de una cuarta parte de los recursos
cupríferos del mundo. Las reservas representan un 21% del total mundial. En este
momento se vislumbra tres grandes polos de desarrollo a nivel nacional: el
complejo Chuquicamata-Exótica que tiene grandes limitaciones de agua y energía;
el norte chico, y la zona central donde se encuentra: El teniente, Disputada,
Andina y otras empresas. Este determinismo geológico-histórico se mantendrá,
con toda certeza por largos años. Como se podrá advertir en el anterior texto,
es indiscutible la prosperidad de Chile: ¿De dónde y a costa de qué y de
quiénes?
Algunos economistas
como Morawetz fueron claros al diagnosticar las dificultades de nuestro país:
“Este es un país sin salida al mar, situado en lo alto de los Andes y que se
enfrenta a costes de transporte increíblemente elevados” (Jeffrey Sachs: 2006).
Según los estudios de economía a nivel mundial y difundido por los medios, la
falta de acceso al mar le significa a Bolivia: 1.600 millones de dólares
anuales, y los impuestos por el uso de los puertos chilenos le genera a ese
país, 100 millones de dólares anuales. Como se podrá evidenciar esta falta de
soberanía de Bolivia representa: Prosperidad para el usurpador y mayor pobreza
para el enclaustrado.
Mar: Chilenófilos, Felipillos y
Socialistas
La victoria de Salvador
Allende en 1970 para la presidencia de Chile, pareció que se veía venir una esperanza
de una supuesta salida al mar. En realidad fue un espejismo que algunos ilusos creyeron. Allende, al calor de su victoria confesó: “En
este plan de reparación de injusticias,
también he resuelto que el hermano país de Bolivia retorne al mar. Se acabe el encierro que
sufre desde 1879 por culpa de la intromisión del imperialismo inglés. No se
puede condenar a un pueblo a cadena perpetua… Un pueblo que esclaviza a otro
pueblo no es libre”. (Néstor Taboada Terán, 2004). Sin embargo, fue otra
ilusión más. Si uno se pone a desgajar el barniz: ¿Cuál fue la propuesta
concreta de Salvador Allende para Bolivia, como resultado? ¡Nada! o más de lo
mismo.
Algunos literatos
bolivianos incautos todavía opinan que un gobierno socialista chileno le
devolverá el mar a Bolivia. Para refutar esa creencia ¿En tiempos de democracia,
cuántos gobiernos socialistas tuvo Chile? Varios: Ricardo Lagos
(2000-2006), Michelle Bachelet (2006-2010), y el mismo presidente Salvador Allende
(1970-1973), considerado como una de las máximas figuras del socialismo
democrático latinoamericano. En tres años de gobierno, de este último, su
propuesta de salida al mar no se concretó, fue todo un simulacro. La suposición
de que el triunfo socialista en Chile era como garantía para el “desenclaustramiento”
de Bolivia, es hasta ahora, una ¡Mentira! Una vez más la ideología fue superada
por la realidad. Y lo que sí es cierto es lo que afirmó y nacionalizó Allende:
“El cobre es el sueldo de Chile”.
Fausto Reinaga,
aporta más en su libro: “Tesis India” (1971), con fuentes referidas, aquí un
extracto textual. Los políticos de izquierda exclamaron: “Triunfamos en Chile”… “Y
porque creemos en la Confederación de Estados Socialistas de América Latina,
los revolucionarios bolivianos podemos decir a viva voz y con legítimo orgullo:
“Triunfamos en Chile”; Pero Allende, el dueño del socialismo chileno, se
apresura en responder “a viva voz”, con orgullo y poder: “Nada de Confederaciones de Estados Socialistas de América Latina”. “Chile
antes que nada; CHILE primero que todo!” Para restablecer relaciones, los
bolivianos, dicen: “Litoral, “Puerto”; y Allende al instante y brutalmente,
contesta: “Puerto para Bolivia; no!”
“Anhelamos relaciones diplomáticas con Bolivia, dentro del respeto a los
tratados libremente pactados”. En nuestro análisis nos preguntamos ¿A qué
tratados se refería Allende? A los “tratados” arbitrarios y perversos de Chile,
uno de ellos es el de 1904 que nuestro país impugnará ante el Tribunal Internacional
de La Haya.
En el libro
mencionado, Reinaga incluye la carta que envió al Presidente de ese tiempo,
Gral. Juan José Torres, pidiéndole: No restablecer relaciones con Chile, si no
devuelve su Litoral a Bolivia. Además, cuestionó crudamente: “Socialismo es
JUSTICIA”. ¿Por qué Allende no hace justicia con Bolivia?”… “Si es socialista
no debe Allende seguir de carcelero de Bolivia”… Allende ha clavado sus ojos…
en el lago Titicaca, con cuyas aguas delira convertir “el desierto de Atacama en
el mejor vergel del mundo”; pero eso sí bajo el dominio de Chile… Este es el
Chile “socialista” sin máscara, frente al pueblo de Bolivia donde –según Neruda– no hay sino “hedor a indio”. Además, Reinaga embistió a los políticos y
escritores bolivianos aludidos en su carta, calificándoles como “chilenófilos”
y “Felipillos”.
Fausto Reinaga
denunciaba que la clase dominante y sus medios no divulgaban sus ideas, no admitían a un escritor indio y le
castigaban –son
sus palabras–
con “el silencio de la pena capital”.
Soberanía
sin soberbia
Para nadie es
desconocido que la seguridad nacional de Chile es una política de Estado, esté
quien esté en el gobierno, es decir, es inalterable:
sea un gobierno liberal, neoliberal o socialista.
Política de Estado no es un simple enunciado, es un conjunto de
estrategias y fundamentalmente gestión política, no “con-gestión” menos
“indi-gestión”. Es una política sostenible con planes técnicos y respaldados
con presupuestos definidos. No puede ser una política de Estado un plan cortoplacista,
sino de largo plazo, con visión de futuro. Por lo tanto soberanía no es un
simple decreto o una perorata, es ante todo el ejercicio de gobernarse por sí
mismo.
Soberanía,
simboliza entre otros significados, independencia; por lo tanto el único acto
que nos queda es pensar nuestra problemática con cabeza propia, si otros por
nosotros lo van hacer, eso tiene un nombre: “colonialismo” y su antídoto es la “descolonización”
y no la folklorización.
La
Mentalidad Enclaustrada
Existen dos tipos
de personas: de-mentes y de mentalidades, sea como fuere, la mentalidad del
boliviano o la boliviana y de cualquier habitante, es situada, de acuerdo a sus
culturas, a los contextos, al proceso sociohistórico, a su educación y a los
conflictos sociales e individuales que le toque resolver. Son procesos que se
internalizan y se exteriorizan en la personalidad en las relaciones:
conciencia-realidad y acción-afectividad de los sujetos. La mentalidad es un
conjunto de representaciones y creencias
acerca de la realidad, con la salvedad de que siempre el ser humano puede
emanciparse y/o emancipar, tanto como sujeto individual y/o social.
Toda esta problemática
del mar y el enclaustramiento, sin duda tienen rasgos psicosociales particulares
de la clase política y la sociedad civil en nuestra historia. No queremos hacer
toda una caracterización sobre este problema complejo, sino encontrar pautas de
comportamiento cognitivo-culturales que llevan y llevaron a acciones con
determinadas escalas de valores y de actitudes. Es la mentalidad y la
afectividad colonial y la falta de educación y concientización que ofusca a las
personas. En nuestra historia se
encuentran ejemplos desgarradores.
Si en el futbol un “gol
en contra” se llama autogol, en política y economía debería significar auto-mutilación,
auto-destrucción y auto-eliminación, de otra forma: suicidio. De lo anterior
tenemos varios ejemplos que concientemente o inconcientemente se suscitaron en
el país. Los mencionamos no para auto-flagelarnos, sino fundamentalmente para
superarlos, como un país soberano resuelto a evitar otra mutilación territorial
más.
“Melgarejeadas”. Empezamos a perder nuestro mar
cuando Melgarejo cede el desierto de Atacama a Chile para la explotación de sus
recursos de forma compartida, el territorio estaba comprendido en los paralelos
23 y 25, además de salitre poseían otras riquezas minerales. Al Brasil entrega territorios
del Acre y parte del Matto Groso. ¿Que recibió a cambio? Títulos, adulaciones, alabanza
y aplausos, fue General de división del ejército de Chile. Y despojó a los
indios de sus tierras comunitarias. Sobre las “melgarejeadas” discurro esta abreviación
tan profunda con Huang Ti: “Si una persona llega a ocupar un cargo de autoridad
que excede sus virtudes, todos sufrirán”.
La Guerra del Pacífico –que de
pacífico no tenía nada– fue una guerra cruenta. Como señalan algunos historiadores,
una guerra en la que nuestro territorio previamente había sido invadido
pacíficamente: 80% de la población en el Litoral boliviano era chilena. Por
guerras y tratados nuestro país perdió más de la mitad de su territorio. Se
preguntan ¿Por qué?
Goni. El Ex presidente Gonzalo
Sánchez de Lozada, sin ningún escrúpulo, obedecía a los intereses económicos de
Chile, entre otros ejemplos, el más grave es que promovió la participación de Chile
en la capitalización (privatización); fue un hecho porque entregó la empresa
ferroviaria de ENFE-Bolivia a la chilena “Cruz Blanca”. Con seguridad, los
oligarcas piensan que los intereses economicistas están por encima de la
patria, es decir, no tienen fronteras y a eso lo llaman internacionalización de
la economía. Lo anterior es otro ejemplo que confirma que la élite gobernante boliviana
fue subalterna y pro-chilena, pensaban –como denuncian escritores del país y del
Perú–, unificarse
y anexarse a Chile (ofrecimiento del Ex presidente Ismael Montes en 1909). En
octubre de 2003, cuando se pretendía exportar gas por puertos chilenos, el
pueblo boliviano se sublevó y Goni renunció a la presidencia, después de la
masacre. Dejando una lección para la historia: El pueblo es soberano y rebelde;
la oligarquía es “vende patria”.
Preámbulo
sin mar y mapas falsos
Si bien muy bien la
Nueva Constitución del Estado Plurinacional en el Capítulo Cuarto, instituye: “Artículo 267. I. El Estado boliviano
declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le
dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo. II. La solución efectiva al
diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la
soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes”. Lo reprochable,
es que en el Preámbulo de la actual Constitución se hayan olvidado del mar.
Aquí la prueba: “En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron
ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y
nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores”. ¿Quién redactó ese
preámbulo? Qué mentalidad enclaustrada cometió semejante omisión. Con seguridad
que Augusto Pinochet aplaudió esa negligencia de algunos eruditos del gobierno que
respiran arrogancia intelectual por todos sus poros.
Se dice que en el
actual régimen existen muchos antropólogos, lo cual no debe ser cierto. Si fuera
así, se hubieran percatado de la cultura de Los Kogui: grupo étnico amerindio, paradigma
del patrimonio indígena e histórico que revela nuestras raíces, para nada
enclaustradas. Aquí este afamado y sublime relato: “Primero estaba el mar, todo
estaba oscuro, no había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas. El mar
estaba en todas partes. El mar era la madre, la madre no era gente, ni nada, ni
cosa alguna. Ella era espíritu de lo que iba a venir, ella era pensamiento y
memoria” (“El mar eterno retorno”). Ojalá enmienden el error y no olviden recuperar
el relato de Los Kogui.
Difusión de mapas
fraudulentos. Una de las iniciativas que hay ponderar del actual gobierno es la
creación de DIREMAR: Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, como
institución pública descentralizada (D.S. Nº 834; 5 de abril de 2011). Una de
las denuncias que hizo DIREMAR el 26 de mayo de 2012 fue la difusión de mapas
fraudulentos por dos periódicos en la ciudad de La Paz. Estos mapas fraguados
publicados, son otros autogoles, otra auto-denigración más, que la oligarquía
chilena con seguridad ovaciona. ¿Traición a la Patria? Lo que hicieron con la circulación
de los mapas falsos es agraviar al país y dejar muy mal parados a la prensa, a
los historiadores y a la academia.
Futuro
incierto
La geopolítica
chilena contempla el plan de “polonización” de Bolivia: como reparto de sus
territorios entre sus países vecinos. Incluso se prevé con especificidad la
repartija de nuestros departamentos a otras naciones. Este plan geopolítico no
está descartado, sino alentado desde el anterior siglo.
Chile se ha caracterizado
como país beligerante: usurpó su Litoral a Bolivia, le declaró la guerra a Perú
y se apoderó y anexó parte de su territorio; con Argentina tuvo el conflicto por el canal de Beagle. Chile
se arma para invadir países vecinos, según el informe (Global Research),
buscaría ampliar su territorio en la forma en que lo ha hecho en el pasado. No
es casual el video difundido por YouTube donde se afrenta a los tres países.
Tampoco debemos olvidar que en la Guerra de las Malvinas, el conflicto bélico de
la Argentina con el Reino Unido (1982), las misiones encubiertas de los
ingleses operaban desde territorio chileno, aunque para la diplomacia ese país
era neutral. Razones históricas unen a esas naciones como cómplices de guerra.
No conformes con el
saqueo de nuestras riquezas, la usurpación del mar, el usufructo de nuestro
territorio y el agua dulce, la remoción de hitos fronterizos después del tratado
de 1904; ahora están en la mira: el lago Titicaca, el litio y otras riquezas
que ambiciona Chile. En otro orden, mientras el gobierno boliviano actual hace
propaganda por la quinua, Chile hace varios años atrás ya patentó la misma como
suya; pensando en los próximos escenarios de la industria alimentaria y la dependencia que
se tendrá de los productos genéticamente modificados. A este paso, si no
hacemos nada, en el futuro tendremos que pedirle permiso a Chile para cultivar la
planta andina.
Para anticiparnos al
futuro y neutralizar las amenazas, aquí algunas sugerencias puntuales: La
Estrategia de demanda marítima es una cuestión de dignidad nacional.
Desarrollar toda una estrategia y campaña de educación cívica dentro y fuera
del país. Unidad de todos los bolivianos para llegar a buen puerto. Priorizar
para nuestro comercio exterior los puertos de Ilo. Y Prepararnos para lo
inesperado…
(14-02-13).
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