Christoph wulf: Perspectivas de la educación
cultural.
Por Santos Diamantino
El presente tema,
nos lleva a reflexionar sobre la diferenciación entre culturas. Tema central en
los debates de cualquier encuentro intercultural. Entre los ejes importantes,
el otro, el reconocimiento, lo intercultural, la diferenciación son los
demarcadores de este tema en debate. Para ello Christoph wulf será quién guíe
nuestra reflexión, su ensayo “el otro,
perspectivas de la educación cultural” es quien nos muestra los alcances de
la formación intercultural. Wulf parte de un enunciado:
“No es la pretensión de entender al otro, sino el
reconocimiento de que el otro no es entendible lo que debe convertirse en punto
de partida de la formación intercultural.”
El primer
problema es entender que el otro no es entendible, y esto provoca pensar
diferente, y más en temas de educación intercultural. No se puede seguir como
lo hizo el pensamiento moderno, donde los intelectuales se dieron licencias al
fabricar, al estratificar, al diseñar programas de comprensión, comunicación e
interacción. Con el objetivo conciliatorio entre los países Europeos y los
países de Latinoamérica. Ellos creían que habían entendido a los otros
pueblos. Pero este síntoma sólo nos
llevo a la dominación de los pueblos. Por ejemplo; los españoles salían con cierta superioridad, porque ellos
habían diseñado ese plan a su imagen y semejanza. Además, “porque habían entendido
las cualidades de los otros pueblos.”
El dilema fue
que estos “intelectuales” no habían entendido a estos pueblos, menos su
relación de estos pueblos con la naturaleza. Los latinos o como los llama Wulf,
“los aborígenes” habían desarrollado la comunicación con la naturaleza. Y eso
no entendían ellos.
Entender no es… sólo un camino para aceptar al otro
en su otredad; entender es a menudo un procedimiento para ejercer dominio y
someter al otro, como ha sido suficientemente observado en contextos terapéuticos
y de dinámica de grupos.
Entonces ¿qué es
entender para wulf?
Ø Entender al otro
quiere decir asimilar lo extraño (sentimientos, concepciones y pensamientos
disponibles).
Ø Entender es
traducir lo extraño (no es inteligible ni verbal, ni conceptualmente) y
volverlo conocido.
Ø Entender es
volver aprehensible, estructurarlo, de modo que este resulte familiar.
Para Wulf, no se
puede cometer el error de pasar por alto la ininteligibilidad de las culturas.
No es correcto querer ver lo que uno quiere ver, o percibir como lo que
nosotros somos. Para eso es importante detenernos en la diferenciación. De esa manera reconoceremos lo no asimilable del
otro. Para el reconocimiento es importante renunciar a lo familiar y a lo propio, o comparar con lo que nosotros somos. De
esa manera es como se puede adquirir experiencias que amplíen los horizontes de
la reflexión.
Uno de los
problemas que más disyuntiva nos trae tanto internamente como externamente es
relativización de valores. Trabas que logran inestabilisarnos tanto ideológica
y emocionalmente. Lo inmediato en estos casos es la fiabilidad en una serie de
estereotiposcomunes.
El fin es rechazar la irritación y superar el desconcierto.Y
estos mismos son tomados como incontrovertibles
y además que brindan seguridad (tienen
sentimientos, concepciones y juicios que hacen ser al estereotipo) merced a su carácter aparentemente
universal. La utilidad de los estereotipos se fundamenta en la confusión, y
alcanzan una aparente certidumbre en los sentimientos humanos, reduciendo lo
complejo a lo sencillo. El resultado que esto causa es la interpretación
unívoca
del encuentro con lo desconocido.
Justamente el
formarnos interculturalmente debe servirnos para eliminar las bases de los
estereotipos. Porque nos hacen caer ante lo sencillo y nos hacen ver como lo
último, reduce lo complejo y por eso es más atrayente los estereotipos. Wulf
considera que es importante el encuentro con lo extraño, como también piensa
que es importante dejarla subsistir y no eliminarla. Porque esto puede ser
beneficioso para la asimilación del otro en su otredad.
Los países
Europeos en su afán integrador diseñan programas interculturales, para integrar
a la cultura mundial determinada por la cultura europea. Su objetivo es
transformarlos, aculturarlos, Hay una ambición hegemónica de los países
europeos de “vincular a las demandas de la universalidad de la cultura propia.”
Sin embargo, estas pretensiones se convirtieron en una trampa interna, porque
dio muchos problemas en las relaciones de pueblos europeos, los cuales se arriesgan a sacrificar lo
particular en aras de lo universal.
El aprendizaje
intercultural fortalece las particularidades de cada cultura, y no se sacrifica
a las demandas nacionales del universalismo.
Al mismo tiempo el aprendizaje intercultural acepta las particularidades
de cada cultura, le da vía libre a su
desenvolvimiento y no lo aniquila subsumiéndolo en lo universal.
“Solo la aceptación de la diferencia de la otra
cultura y las otras personas hace posible establecer un fondo sobre el cual
descubrir correspondencias transnacionales y promover su desarrollo.”
Wulf nos invita
a pensar el futuro de Europa sin
correspondencias transnacionales. Europa debe pensar en las bases de la
aceptación de lo particular. Para eso los medios masivos deben colaborar, ya
que ellos son los formadores de conciencia. La
televisión estructura nuestra percepción espacial, reduciéndola a una
percepción de superficie.
1.
Las
informaciones determinan nuestro sentido del tiempo, ofrendando el pasado y el
futuro al presente.
2.
Su
figuración ajustada a los medios marca nuestros gustos estéticos.
3.
Nos
acostumbramos a que la realidad sea sacrificada a su representación en
imágenes.
4.
Las
imágenes se convierten, por otro lado, en mercancías supeditadas a la comercialización.
5.
El
proceso de abstracción y representación en imágenes…cobra así una intensidad
hasta ahora desconocida.
Estos medios son
los principales elementos para la universalización. Este es un ejemplo de la
dinámica orientada a la universalidad propia de las sociedades
industrializadas. Es así, que la formación intercultural debe fortalecer lo que
es distinto de la universalidad. Según Wulf, la variedad cultural es un
atributo de Europa que merece ser conservado.
Los presupuestos de la formación intercultural yacen
en la aceptación recíproca de la diferencia. Solo el camino y la aceptación de
la particularidad el otro allanan el camino de la comprensión, la cooperación y
la simpatía. El otro debe ser descubierto; sin él no es viable en la actualidad
ninguna formación intercultural.
Para Wulf el
otro es el afuera, el entorno social hacia donde nosotros vamos, al encuentro. El conocimiento del otro
es una tarea interminable; por medio de los estereotipos no se hace más que
encubrirla. Lo que se puede hacer es crear un proceso abierto en el aprendizaje
y en las experiencias de cada ser humano. Para eso hay que tomar en cuenta tres niveles de la alteridad.
1)
Juicios
de valor; ¿cómo juzgo a los miembros de una cultura ajena? ¿me resultan
atractivos o repulsivos?
2)
Acercamiento
al otro; actitud comunicativa: ¿busco al otro, deseo su proximidad, me
identifico con él, lo asimilo o me dejo avasallar por él en la euforia por lo
extraño?
3)
Conocimiento;
aquí conozco al otro, o lo desconozco, no entro en relación directa con él.
Tres niveles que
aceptan la exterioridad del otro, lo cual implica una dosis de auto-superación
que hace posible el reconocimiento del otro externo.
Para reconocer y tolerar al otro en su condición de
extraño se requiere estar dispuesto a conocerlo en sí mismo. La persona no es
una unidad, sino que se compone de muchas partes contradictorias que están
fragmentadas y tienen, cada una, sus propios deseos de actuar.
Para wulf, la
identidad no puede concebirse sin el otro. La formación intercultural entraña
una correspondencia relacional entre un yo fractalizado, irreductible en sus
distintas expresiones y otro multiforme. Es así que ningún individuo es lo
suficientemente sí mismo, ni puede formarse sólo a partir de sí mismo. Todo
individuo depende de una comunidad o de una sociedad, de la cual toma multitud de elementos, con ayuda de
la mimesis, para apropiárselos a lo largo de su vida y transmitírselos a los
otros.
Creemos que Wulf
nos invita a reflexionar a partir del otro. Pero para eso, nos remite a
imbuirnos en la formación académica de lo intercultural. El ser humano es
naturalmente egoísta, y su percepción de la realidad será en sí mismadas. La
realidad exterior es negada por la unidimensionalidad del ser humano. Bolivia
no es excepción en ese sentido, algunos de los que dirigen el país tienen
percepciones unívocas de la realidad. Bolivia es vista en su generalidad, desde
perspectivas regionales, como si fuera “la globalidad boliviana”.
Las políticas
actuales están bajo el rótulo de lo multicultural, o de lo pluricultural en
algunos casos se inserta lo intercultural, para lograr ciertas articulaciones
entre lo propio y lo ajeno. Mecanismos que “han servido para entender al otro”.
Pero, en serio, ¿lograron entender al otro? a primera vista pareciese que no.
Porque el otro sigue reclamando su espacio ideológico en el país, pidiendo a
gritos no me quiten la comida de la boca. Estos articuladores para entender al
otro sólo ven lo que les conviene, o perciben la realidad desde experiencias
propias. Desde ahí es como se generan programas que marquen la diferencia. Lo
interesante es que sus apreciaciones sobre la diferencia cultural parten de
apreciaciones personales, en algunos casos aprioris. Experiencias que se han
convertido en deducciones intuitivas, y a eso le han dado categoría de
enunciados experimentales.
Cuando nos
inmiscuimos en temas intuitivos, todo el mundo tiene cierta percepción.
Entonces las cosas, los valores, los juicios se relativizan. Y los horizontes
pierden sus objetivos. La intuición no es parte del cálculo, y algunos medios
masivos se encargan de orientarnos hacia estos deslices. La formación
intercultural debe servirnos para no incidir en estas falacias. No por ser
fácil es interesante y útil, lo complejo debe ser un desafío para la utilidad
humana.
Wulf, Christoph. 1996. “El otro.
Perspectiva de la educación intercultural”. Lo Propio y lo Ajeno
Interculturalidad y Sociedad Multicultural.
Ursula Klesing-Rempel. Editores Plaza y Valdés. México, 1999, 223.
Por estereotipo debemos entender, una idea o imagen aceptada por la mayoría
como patrón o modelo de cualidades o conductas.
Por unívoco entendemos, que contiene una sola interpretación.